La gestión de productos de alta demanda es uno de los mayores retos a los que se enfrenta un Product Manager (PM). Con una base de usuarios en crecimiento, solicitudes de funciones constantes y expectativas de alta calidad, el PM debe tomar decisiones clave sobre qué funciones desarrollar primero.
Estas decisiones de priorización no solo impactan el éxito del producto, sino también la satisfacción del cliente y el crecimiento de la empresa.
1. Entender las necesidades del usuario y la propuesta de valor del producto
El primer paso en la priorización de funciones es conocer profundamente a los usuarios y entender qué valoran más del producto. La clave para un PM es centrarse en las necesidades reales del cliente, no solo en sus deseos.
Para ello, los PM deben invertir en investigación de usuario, que incluye encuestas, entrevistas y análisis de datos de comportamiento en el producto.
Algunas preguntas clave que ayudan a identificar las prioridades incluyen:
- ¿Cuáles son los problemas principales que el producto ayuda a resolver?
- ¿Qué funciones actuales son más utilizadas y valoradas?
- ¿Existen problemas recurrentes que afectan la experiencia del usuario?
Una vez que el PM tiene claridad sobre las necesidades del usuario, puede alinear las nuevas funciones con la propuesta de valor del producto.
Un producto que intenta satisfacer demasiadas necesidades sin un enfoque claro corre el riesgo de perder su esencia y convertirse en una mezcla de funciones sin dirección estratégica.
2. Identificar los objetivos de negocio y alinearlos con las funciones
Además de entender las necesidades del usuario, el PM debe tener una visión clara de los objetivos de negocio y cómo las funciones propuestas pueden contribuir a ellos.
Por ejemplo, si el objetivo principal es aumentar la retención de usuarios, las funciones que mejoren la experiencia del usuario y reduzcan la fricción serán una prioridad.
En cambio, si el objetivo es la expansión a nuevos mercados, las funciones que permitan la localización y personalización pueden tener mayor prioridad.
3. Utilizar modelos de priorización eficientes
Los PM suelen utilizar modelos de priorización estructurados para tomar decisiones objetivas y justificar sus elecciones a los interesados. A continuación, revisamos algunos de los modelos más populares:
a) Matriz de Impacto vs. Esfuerzo
Este modelo es uno de los más simples y efectivos, ideal para decisiones rápidas. La matriz clasifica las funciones en cuatro cuadrantes según su impacto y el esfuerzo requerido para implementarlas:
- Alta prioridad (alto impacto y bajo esfuerzo): Funciones rápidas de implementar que generan un gran valor.
- Mediana prioridad (alto impacto y alto esfuerzo): Funciones importantes que requieren una inversión significativa, pero justificable.
- Baja prioridad (bajo impacto y bajo esfuerzo): Pueden ser consideradas si hay tiempo, pero no son críticas.
- Descartadas (bajo impacto y alto esfuerzo): Funciones costosas que no generan suficiente valor.
b) Matriz RICE (Reach, Impact, Confidence, Effort)
El modelo RICE permite evaluar funciones basándose en cuatro criterios:
- Reach (Alcance): Número de usuarios o clientes que podrían beneficiarse de la función.
- Impact (Impacto): Potencial efecto de la función en la experiencia del usuario.
- Confidence (Confianza): Grado de certeza en las estimaciones de alcance e impacto.
- Effort (Esfuerzo): Recursos y tiempo necesarios para implementar la función.
Cada criterio se evalúa en una escala específica y se obtiene un puntaje total que ayuda a ordenar las funciones según su importancia.
c) Matriz de Kano
La matriz de Kano clasifica las funciones en tres tipos principales:
- Funcionalidades Básicas: Son las funciones mínimas que los usuarios esperan. La ausencia de estas funciones generará insatisfacción.
- Funcionalidades de Rendimiento: Cuanto mejor se implementen, mayor será la satisfacción del usuario.
- Funcionalidades Delight: Estas son las funciones que los usuarios no esperan, pero que les encantan y generan lealtad.
Al identificar el tipo de cada función propuesta, el PM puede decidir cuáles son imprescindibles y cuáles pueden posponerse sin afectar la experiencia.
4. Considerar el ciclo de vida del producto
El momento en el ciclo de vida del producto también influye en la priorización de funciones. En las primeras etapas de desarrollo, las funciones fundamentales y diferenciadoras pueden tener prioridad, mientras que en etapas de crecimiento o madurez, los PM pueden centrarse en funciones que fomenten la retención y satisfacción del usuario.
Además, en etapas avanzadas de un producto de alta demanda, la estabilización de la plataforma y la escalabilidad pueden ser prioritarias frente a nuevas funciones.
5. Tomar en cuenta el feedback de los stakeholders
La comunicación con otros equipos y stakeholders es esencial. Los equipos de ventas, soporte al cliente y marketing pueden proporcionar feedback valioso, ya que están en contacto constante con los usuarios.
Además, es importante que el PM gestione las expectativas de los stakeholders, explicando cómo cada función propuesta se alinea con los objetivos estratégicos y con el feedback real de los usuarios.
6. Valorar el tiempo de respuesta y la competencia
En productos de alta demanda, el tiempo es crucial. Los usuarios esperan mejoras y nuevas funciones a un ritmo rápido, especialmente si la competencia también está innovando.
Si un competidor lanza una función nueva y popular, un PM puede considerar la implementación de una función similar, siempre y cuando esté alineada con la estrategia del producto y responda a una necesidad del usuario.
Además, es importante anticiparse a la competencia, lanzando funciones que diferencien el producto y mantengan a los usuarios interesados.
7. Analizar los costos de oportunidad
La priorización también implica decidir qué no hacer. Cada función que se prioriza tiene un costo de oportunidad: la función elegida desplaza a otras que podrían haberse desarrollado en ese tiempo.
Los PM deben tener claro si el beneficio de una función prioritaria es significativamente mayor que el de otras alternativas, justificando su decisión a través de datos.
8. Establecer un roadmap de producto claro
Una vez que se han priorizado las funciones, el siguiente paso es crear un roadmap de producto que refleje claramente los hitos y los objetivos.
Este roadmap debe ser flexible y adaptable, ya que las necesidades del usuario y las prioridades de negocio pueden cambiar. Un roadmap bien comunicado permite que los equipos internos y externos tengan expectativas claras sobre lo que se desarrollará y cuándo estará disponible.
9. Realizar pruebas y experimentos
Para asegurarse de que las funciones prioritarias realmente cumplen con las expectativas de los usuarios y objetivos de negocio, los PM deben realizar pruebas y experimentos.
Por ejemplo, el lanzamiento de una versión beta o una prueba A/B permite obtener feedback antes de un despliegue general. Estos experimentos permiten validar las decisiones de priorización, asegurando que los recursos invertidos generarán el retorno esperado.
La priorización de funciones en productos de alta demanda requiere una combinación de análisis de datos, conocimiento del usuario, alineación con objetivos de negocio y comunicación efectiva con los stakeholders.
Los Product Managers deben balancear estas variables para tomar decisiones informadas y estratégicas que aseguren el éxito del producto a largo plazo.
La implementación de modelos como la matriz de Impacto vs. Esfuerzo, RICE o Kano ayuda a estructurar este proceso, pero es la experiencia y el juicio del PM lo que finalmente define una priorización efectiva.
En un entorno competitivo y dinámico, donde las demandas de los usuarios evolucionan constantemente, la capacidad de priorizar de forma eficiente y adaptable es una habilidad clave para los Product Managers.
- Product Manager Técnico: definición, características, responsabilidades
- ¿Cuál es la formación necesaria para trabajar de Product Manager?
- Product Manager: historia, evolución y perspectivas